domingo, 21 de diciembre de 2014

LLAMAME BOMBÓN (MEGAN MAXWELL)


Hace tiempo que para Gema nada tiene sentido. La joven se debate entre su aprensiva madre y su sobrino, mientras intenta salir adelante con un modesto sueldo de auxiliar administrativa en una oficina.
Una tarde de compras navideñas, Gema y su amiga Elena se topan con un hombre disfrazado de Papá Noel que las invita a pedir un deseo. Aunque en un primer momento Gema se muestra reticente, por fin accede y se atreve a soñar con lo que más anhela. Lo que ella no sabe es que en ocasiones los deseos se cumplen y, además, de la manera más extraña..


FRASES DEL LIBRO:

  • Si no crees en los príncipes azules y toda su parafernalia, pide un lobo macizo  que al menos te comerá mejor.
  • Seré rubia pero no tonta.
  • Para una cosa buena que me pasa y no la recuerdo.
  • -Porque te empeñas en llamarme continuamente  bombón?       -porque eres dulce tentadora y tienes un sabor maravilloso.
  • Antes de que me eches de menos ya estaré aquí.


CRÍTICA PERSONAL:

Una tarde de compras navideñas, Gema y su amiga Elena se topan con un hombre disfrazado de Papá Noel que las invita a pedir un deseo. Aunque en un primer momento Gema se muestra reticente, por fin accede y se atreve a soñar con lo que más anhela. Lo que ella no sabe es que en ocasiones los deseos se cumplen y, además, de la manera más extraña.
Un relato corto de pocas páginas capaz de llevarnos a un pequeño mundo de ensueño tras un deseo de navidad, perfecto para leer en estas fechas o para cuando se necesita un empujonsito para recobrar la ilusión de creer que los deseos pueden hacerse realidad.
En pocas letras Megan nos muestra una perspectiva de la vida, nos hace reflexionar sobre aquellas veces en que dejamos pasar oportunidades por centrarnos en una burbuja que nos protege del mundo y nos encierra en nuestras responsabilidades, responsabilidades de las cuales nos quejamos pero a veces son nuestra zona de confort, sería excelente si todos pudiéramos de laguna manera visualizar los efectos que tendrán nuestras decisiones, pero como no se puede es mejor arriesgarse un poquito con mayor frecuencia.


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