Tras la invasión de Holanda, los Frank,
comerciantes judíos alemanes emigrados a Ámsterdam en 1933, se ocultaron de la
Gestapo en una buhardilla anexa al edificio donde el padre de Ana tenía sus
oficinas. Eran ocho personas y permanecieron recluidas desde junio de 1942
hasta agosto de 1944, fecha en que fueron detenidos y enviados a campos de
concentración. En ese lugar y en las más precarias condiciones, Ana, a la sazón
una niña de trece años, escribió su estremecedor Diario: un testimonio único en
su género sobre el horror y la barbarie nazi, y sobre los sentimientos y
experiencias de la propia Ana y sus acompañantes.
Frases del libro:
- El papel es más paciente que los hombres.
- Ya no me atrevo a hacer nada porque tengo miedo de que esté prohibido.
- Uno nunca sabe para lo que va a servir.
- Me importan más los recuerdos que los vestidos.
- A la gente no se la conoce bien hasta que no se ha tenido una verdadera pelea con ella.
- Más vale un final con susto que ningún final.
- De la más alta euforia a la más profunda aflicción.
- Quién sabe si un día no me dejarán más sola de lo que quiero.
- La tierra seguirá dando vueltas aunque yo no este.
- La riqueza, la fama, todo se puede perder, pero la dicha en el corazón a lo sumo puede velarse y siempre mientras vivas volverá a hacerte feliz.
- Piensa en toda la desgracia que hay en el mundo y alégrate de que no te pase a ti.
- Toda desgracia va acompañada de alguna cosa bella, y si te fijas en ella descubres cada vez más alegría y encuentras un mayor equilibrio. Y el que es feliz hace feliz a los demás, el que tiene valor y fe, nunca estará sumido en la desgracia.
- Las cosas van tan mal como uno las hace ir.
- Un susto trae otro.
- La gente ignorante no soporta por lo general que otros hagan una cosa mejor que ellos.
- En todos los reproches hay algo de cierto.
- Las personas que tienen una religión deberían estar contentas porque no a todos les es dado creer en cosas sobrenaturales.
Comentario Personal:
Ana nos relata su vida desde antes de su huida
de casa lo que nos permite tener una visión amplia de cómo fue la vida para los
judíos durante la segunda guerra mundial, a muchos nos impactan las historias
pertenecientes de esta época debido a su alto contenido aun así pocas veces nos
detenemos a pensar en lo que sintieron emocionalmente esas personas que
tenían vidas tan normales como las nuestras antes de ir perdiendo sus
derechos y ser perseguidos.
En este relato podemos darnos cuenta de
que Ana era una niña muy vivaz, inteligente, llena de sueños,
aspiraciones y miedos propios de su edad que tuvieron que juntarse con el
sufrimiento de la época.
Un diario es capaz de enfocar hasta
los más profundos sentimientos de su autor y de revelar secretos que quizá
nadie más conocerá nunca, por lo que tras esta lectura siento como si hubiese
conocido a Ana.
Es verdad que en ciertas partes fue muy
repetitivo ya que hay que tratar con los sentimientos de una niña de 13
años que nos escribe en el transcurso de esta edad hasta los 15, una edad
complicada, pero realmente nos permite ponernos en sus zapatos ya que más
allá de un personaje llegamos a conocer a la persona.
Realmente me dio nostalgia llegar al final
y encontrarme con el epilogo, lo recomiendo para quienes esperan vivir de
cerca los sentimientos de un grupo de personas unidas por la catástrofe en un
escondite más si quieren datos sobre la guerra son pocos los que encontrarán en
este diario.
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